martes, 29 de octubre de 2013

Invertir en formaciones específicas.

En este punto del camino puede resultar decisivo asistir a seminarios que nos enseñen a “saber cómo” y a “tener con qué” expresar nuestro talento. En este sentido, la universidad convencional parece estar dejando de ser la única opción. ¿Cuánto de lo que hemos estudiado nos ha sido de verdadera utilidad para desempeñar nuestro actual trabajo? La nueva formación va a estar cada vez más centrada en ofrecer cursos prácticos que nos enseñen a desarrollar habilidades que nos permitan resolver problemas concretos. La inversión más importante la hemos de hacer en nosotros mismos. Nuestra inteligencia, nuestra creatividad y nuestro talento son nuestra principal fuente de riqueza.

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